GUIÓN MUSEOLÓGICO y
MODOS DE INTERVENCIÓN
Por Pablo J. Rico, Curador de “El sueño de Elpis”
El guión museológico del proyecto “El Sueño de Elpis” se
basa en los diversos aspectos, condiciones y experiencias estéticas apuntadas
como absolutamente referenciales en mi ensayo-guión curatorial “En el hogar de
la esperanza. Un ensayo seminal sobre las condiciones e intenciones del
proyecto El sueño de Elpis”… Considero que mi intervención museológica debe
propiciar la consecución de todas o buena parte de las ideas e intuiciones allí
señaladas. Para ello seguiré la siguiente “hoja de ruta”…
Preparación del recinto, MATRIA, la antigua casona en la
calle Murguía en Oaxaca, alterando mínimamente su estado actual, sólo
interviniendo en su “limpieza” y acondicionamiento en función de las obras artísticas
conocidas y previstas, cambiando o retirando sólo aquellos elementos que
interfieran decisivamente bien en la seguridad de las personas o en la correcta
presentación de las obras.
Todas las obras expuestas e intervenciones artísticas
previstas deberán beneficiarse de los efectos temporales y ambientales que se
producen normal y espontáneamente en el recinto, atendiendo naturalmente a su
evolución y cambio a lo largo de las estaciones y del día: valoración de las
sombras, de las horas de mayor intensidad luminosa, de las distintas
posibilidades de la noche, de la posición lunar a lo largo de los meses que
dure el proyecto, etc…
Remarcar los ciclos cotidianos “Día/Noche”, considerar el
hecho de que algunas obras sólo se podrán “ver” durante el día y otras sólo
durante la noche… Resaltar especialmente las nociones de visibilidad e
invisibilidad apuntadas en mi ensayo curatorial, así como las nociones de
contigüidad virtual, de convivencia formal, de presencias “distintas”, lo que
es decir realidades y existencias diversas, contiguas y autónomas… En algunos
días especiales (en sus noches) deseo “instaurar” para los visitantes la
experiencia del ciego de la que habla Derrida y recojo en mi ensayo curatorial.
Ese tacto que ve, mejor dicho, que prevé, y nos permite intuir el futuro, hacer
visible lo invisible. Todo eso que nos da esperanza todavía…
Disponer de una significativa cantidad de obras
“inmateriales”, sobre todo músicas y sonidos, imágenes proyectadas, vídeos y
films, sombras, “salpicados” en toda la extensión y dimensiones del recinto,
que establezcan sutiles “vibraciones” en todo el espacio, y sean eficaces
estímulos para los espectadores y visitantes, para intensificar su precepción
estética y sensorial. Estas obras “inmateriales” procederán sobre todo de
artistas invitados a los que se solicitará su colaboración y presencia sólo con
sus obras, a modo de “documentos” artísticos referenciales, huellas de su
trabajo creativo ajeno a las condiciones específicas de nuestro Proyecto, de su
realidad fenomenológica en Oaxaca. Estableceré todo tipo de estrategias y
técnicas curatoriales para remarcar sus valores y cualidades como “sombras”,
“rumores”, “huellas”, “hallazgos azarosos”, “objetos perdidos”… Estás voces e
imágenes “exteriores” deben ser como espectros y fantasmagorías, apariciones,
realidades “esotéricas” que dialoguen a su manera con los artistas
participantes efectivamente en el proyecto, los espectadores, cualquiera que
disfrute de la experiencia de nuestro proyecto.
Todas estas estrategias, “analógicas” y “digitales”, su
vibración e interferencias, deben servir para remarcar las posibilidades de
nuestro espacio “MA”, en el sentido espiritual japonés que he señalado en mi
ensayo curatorial… Ese
estar en el límite, entre lo interior y lo exterior, entre dentro y fuera,
entre lo privado y lo público, entre el aquí original y el allí trasladado, es estar
en proceso de… en transformación. No es estar apenas en medio o en un medio,
sino ser el propio medio: el “mi-lieu”. El “mi-lieu”
no sería ni un “lugar” ni un “no-lugar”, sería ambos y cada uno
simultáneamente. Constituir este espacio “entre”, intermediario, en medio de
dos espacios y situaciones tan distintos como contiguos —“el lugar”, como algo
identitario, histórico, relacional, y el “no-lugar” (lo que no puede definirse
con tales condiciones)––, y el pasaje de uno a otro, es uno de los aspectos de
mi proyecto museológico que sin duda trataré obtener… Y no sólo para crear un
espacio físicos-metáfora, sino sobre todo para proporcionar la experiencia de
habitar “entre”, de estar levitando “entre” a los espectadores y visitantes…
Trabajaré
con muchos de los principios del “jardín japonés” tanto tradicional como
contemporáneo, al fin al cabo se trata de crear un huerto-jardín en donde experimentar
nuestras percepciones estéticas y todo tipo de sensaciones y sentimientos
“terapeúticos” a través del arte. Desde luego habrá orden, número,
concordancia, búsqueda de la armonía, relaciones de todo tipo, aunque las
instalaciones puedan parecer en muchos casos fruto del azar, de la contingencia
natural, del capricho… Todo estará ligado con sutiles hilos referenciales…
Ser
el curador, el responsable de la museología de este proyecto tan especial, es
como ser jardinero y hortelano. A veces hay que dejar hacer a la naturaleza…
otras hay que limitar su potencial exuberancia, su fatídica capacidad de
concentrar la vida, aunque sólo sea unas horas, unos días, una estación… Todo
esto significa también “estar en proceso”, como las obras artísticas, como la naturaleza.
Mi responsabilidad curatorial y museológica estará sin duda siempre “en
proceso”, no hay seguridades ni reglas a priori. El Arte es un sistema de
creencias, sobre todo…
Xu Bing y Pablo J. Rico, 2004: el artista y su curador... Play it by Trust (Juega con confianza)
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